¿Qué tal están mis chicos y mis chicas? A ver, como sabéis hoy se celebra el día de la mujer trabajadora. Esto, no quiere decir que las mujeres no trabajen el resto del año. Antiguamente las mujeres solo podían acceder a unas cuantas profesiones, y si es que se les daba la oportunidad de estudiar. Hoy día la cosa ha cambiado mucho. Hay hombres que se dedican a las tareas del hogar, así como mujeres ingenieras.
Para ver todo esto mucho mejor hemos preparado varios rincones en el aula, con profesiones diferentes. Cada grupo tendrá que ir pasando por todos los rincones, de tal forma que todos experimentemos las distintas labores y así representaremos la igualdad en cuanto a profesión se refiere.
El primer rincón trata de una cocina, con plancha etc. para representar las labores del hogar. En el segundo habrá un laboratorio. El tercero tratará de una clase en el que se representarán las labores del docente. En el cuarto y último habrá un consultorio para realizar la labor de un médico.
Por último, para despedir este día llevaremos a cabo la lectura del siguiente texto:
Queridos todos: Me voy. Volveré
cuando sepáis dónde están guardadas las bolas de naftalina, cuando nuestra casa
ya no tenga secretos para ninguno de vosotros, cuando seáis capaces de
descifrar los códigos de los botones de la lavadora, cuando logréis reprimir el
impulso de llamarme a gritos si se acaba la pasta de dientes o el papel
higiénico. Volveré cuando estéis dispuestos a llevar conmigo la corona de reina
de la casa. Cuando no me necesitéis más que para compartir.
Ya sé que me echaréis de menos, estoy segura. También yo a vosotros, pero sólo desapareciendo podré rellenar los huecos que vuestro cariño me produce... Sólo podré estar segura de que verdaderamente me queréis cuando no tengáis necesidad de mí para comer o para vestiros o para lavaros o para encontrar las tijeras. Ya no quiero ser la reina de la casa, estoy harta, me he cansado de tan gran responsabilidad y he caído en la cuenta de que si sigo jugando el papel de madre súper no lograré inculcarles más que una mentalidad de súbditos. Y yo os quiero libres y moderadamente suficientes y autónomos.
Ya sé que vuestro comportamiento conmigo no es más que un dejarse llevar por mi rutina; también por eso quiero poner tierra por medio. Si me quedo, seguiré poniéndoos todo al alcance de la mano, jugando mi papel de omnipresente para que me queráis más.
Sí, para que me queráis más. Me he dado cuenta de que todo lo que hago es para que me queráis más, y eso me parece tan peligroso para vosotros como para mí. Es una trampa para todos.
Palabra de honor que no me voy por cansancio, aunque sea una lata dormirse todas las noches pensando en la comida del día siguiente y hacer la compra a salto de mata cuando vienes del trabajo y, a la larga, pesa mucho la manía de ver siempre un velo de polvo en los muebles cuando me siento un rato en el sofá, y la perenne atracción hacia la bayeta y la cera. Pero no es sólo por eso. No. Tampoco me voy porque esté harta de poner la lavadora mientras me desabrocho el abrigo ni porque quiera estar más libre para hacer carrera en mi trabajo. No. Hace ya mucho tiempo que tuve que elegir una perpetua interinidad en mi profesión porque no podía compatibilizar una mayor dedicación mental al trabajo profesional con la lista de la compra. Me voy para enseñaros a compartir, pero sobre todo me voy para ver si aprendo a delegar.
Porque si lo consigo, no volveré nunca más a sentirme culpable cuando no saquéis notas brillantes o cuando se quemen las lentejas o cuando alguno no tenga camisa planchada que ponerse.
La culpa de que sea imprescindible en casa es sólo mía, así que desapareciendo yo por unos días, os daréis cuenta vosotros de que la monarquía doméstica es fácilmente derrocharle y quizá yo pueda aprender la humildad necesaria para ser, cuando vuelva, una más entre la plebe.
Cuando encontréis la naftalina no dejéis de avisarme. Seguro que para entonces yo también habré aprendido a no ser tan excesivamente buena. Puede ser que ese día no nos queramos más, pero seguro que nos querremos mejor. Besos. Mamá
¡Estamos en la recta final! Tras pasar un rato agradable celebrando por las mujeres, vamos a seguir con nuestro trabajo. En este caso, como ya hemos acordado, la organización territorial de España. Para entrar en calor, ¿qué tal si nombramos las 17 comunidades autónomas que hay en España? Podéis ayudaros del mapa que aparece a continuación:
1 9
2 10
3 11
4 12
5 13
6 14
7 15
8 16
17
Ahora, para adentrarnos un poco más, sabemos que dentro de las comunidades autónomas hay distintas provincias. Di al menos una de cada comunidad, y de la nuestra, Andalucía, hay que anotarlas todas ¡Ánimo!
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